domingo, 19 de abril de 2009

A tres metros sobre el cielo.


- Me da miedo decir algo equivocado,te amo.
-Vuelvelo a decir.
-Te amo.
-Nunca dejes de decirlo...
-Te amo,te amo,te amo.
-Nunca había sido tan feliz en toda mi vida.
-Yo tampoco.
-¿Tan feliz como para tocar el cielo con un dedo?
-No,mucho más,al menos tres metros sobre el cielo.


FICHA BIBLIOGRÁFICA.
Autor: Federico Moccia
E.D: planeta.
Género: narrativo
Año de edición: 2008

He elegido este fragmento porque es uno de los más bonitos, a demás da nombre al libro.

miércoles, 15 de abril de 2009

Letrillas de Góngora.

Dineros son calidad,
¡verdad!
Más ama quien más suspira,
¡mentira!

Cruzados hacen cruzados,
escudos pintan escudos,
y tahures, muy desnudos,
condados ganan Condados;
ducados dejan Ducados,
y coronas Majestad:
¡verdad!

Pensar que uno solo es dueño
de puerta de muchas llaves,
y afirmar que penas graves
las paga un mirar risueño,
y entender que no son sueño
las promesas de Marfira:
¡mentira!

Todo se vende este día,
todo el dinero lo iguala:
la Corte vende su gala,
la guerra su valentía;
hasta la sabiduría
vende la Universidad:
¡verdad!

En Valencia muy preñada
y muy doncella en Madrid,
cebolla en Valladolid
y en Toledo mermelada,
Puerta de Elvira en Granada
y en Sevilla doña Elvira:
¡mentira!

No hay persona que hablar deje
al necesitado en plaza;
todo el mundo le es mordaza
aunque él por señas se queje;
que tiene cara de hereje,
y aun fe la necesidad:
¡verdad!

Siendo como un algodón,
nos jura que es como un hueso,
y quiere probarnos eso
con que es su cuello almidón,
goma su copete, y son
sus bigotes alquitira:
¡mentira!

Cualquiera que pleitos trata,
aunque sean sin razón,
deje el río Marañón,
y entre el río de la Plata,
que hallará corriente grata
y puerto de claridad:
¡verdad!

Siembra en una artesa berros
la madre, y sus hijas todas
son perras de muchas bodas
y bodas de muchos perros;
y sus yernos rompen hierros
en la toma de Algecira;
¡mentira!

Simba

Soneto satirico de Quevedo.

Soneto a Luis de Góngora
Yo te untaré mis obras con tocino
porque no me las muerdas, Gongorilla,
perro de los ingenios de Castilla,
docto en pullas, cual mozo de camino;

apenas hombre, sacerdote indino,
que aprendiste sin cristus la cartilla;
chocarrero de Córdoba y Sevilla,
y en la Corte bufón a lo divino.

¿Por qué censuras tú la lengua griega
siendo sólo rabí de la judía,
cosa que tu nariz aun no lo niega?

No escribas versos más, por vida mía;
aunque aquesto de escribas se te pega,
por tener de sayón la rebeldía.

Soneto amoroso de Quevedo.

En lo penoso de estar enamorado
Qué verdadero dolor,
y qué apurado sufrir!
¡Qué mentiroso vivir!
¡Qué puro morir de amor!
¡Qué cuidados a millares!
¡Qué encuentros de pareceres!
¡Qué limitados placeres,
y qué colmados pesares!
¡Qué amor y qué desamor!
¡Qué ofensas!, ¡qué resistir!
¡Qué mentiroso vivir!
¡Qué puro morir de amor!
¡Qué admitidos devaneos!
¡Qué amados desabrimientos!
¡Qué atrevidos pensamientos,
y qué cobardes deseos!
¡Qué adorado disfavor!
¡Qué enmudecido sufrir!
¡Qué mentiroso vivir!
¡Qué puro morir de amor!
¡Qué negociados engaños
y qué forzosos tormentos!
¡Qué aborrecidos alientos
y qué apetecidos daños!
¡Y qué esfuerzo y qué temor!
¡Qué no ver! ¡Qué prevenir!
¡Qué mentiroso vivir!
¡Qué enredos, ansias, asaltos!
¡Y qué conformes contrarios!
¡Qué cuerdos! ¡Qué temerarios!
¡Qué vida de sobresaltos!
Y que no hay muerte mayor,
Que el tenerla y no morir:
¡qué mentiroso vivir!
¡qué puro morir de amor!

martes, 14 de abril de 2009

Resumen de los videos.

La vida en la Edad de Oro:
Hay ciudades populosas (Madrid, Sevilla)
Casas nobles: grandes, con dos plantas, hechas de piedra o ladrillo. En su fachada tienen escudos de armas. La planta alta tiene anchas ventanas y balcones, en la baja son pequeñas y con rejas.
Casas humildes: de una sola planta o de dos si viven dos familias, hechas de adobe o ladrillos de deshecho.
Las calles no están numeradas, son sucias y malolientes.
La vida se organiza entorno a la plaza mayor, donde se celebran espectáculos públicos y los hombres se juntan en grupos para hablar y rumorear.
Algunos barrios están plagados de gente de mal vivir.
El corral de la comedia.
El teatro fue una de las diversiones principales. Las obras se representaban en los corrales de comedias, que eran los patios interiores de una manzana de casas.
Las representaciones debían empezar temprano y acabar antes del anochecer. Duraban entre dos horas y media y tres horas. El escenario era sencillo, con paneles decorados y un telón. Había también una o varias trampas de transformaciones. Los teatros siempre se llenaban. Un miembro de la compañía cobraba una entrada general y otro el importe de las localidades de asiento. Frente al escenario se situaba la iglesia, quedando detrás espacio para el resto del mundo. En medio del corral había un pozo y, a veces, unas letrinas. Las mujeres debían ocupar un corredor especial. Las damas de la nobleza podían acceder a los aposentos de las plantas de arriba. Las representaciones empezaron en días de fiesta, pero se fueron extendiendo hasta la representación diaria